Para pensarlo bien
Preguntas que te tienes que
hacer si emprendes con amigos
Un investigador de la
Harvard Business School ha estudiado la estabilidad de las empresas fundadas
entre amigos. Resulta que por cada amigo que incorporas al negocio, tus
posibilidades de fracaso se incrementan en un 28,6%.
¿Es una buena idea montar tu negocio con un amigo?
Emprender junto a otros permite compartir ideas, conocer otras
propuestas que, tal vez, a uno en solitario no se le hubieran ocurrido, y aunar
experiencias profesionales, así como carencias formativas. Lo más lógico es que
entre los socios se complementen capacidades y recursos. Y no se debe olvidar
dos aspectos fundamentales más: el apoyo financiero del socio o socios, que
dará mayor consistencia al proyecto, y compartir la responsabilidad de formar
parte de una sociedad empresarial. Pero, ¿qué ocurre cuando ese socio es un
amigo?
El investigador de la Harvard Business School Noam Wasserman plantea en su libro 'Los dilemas del fundador' que en torno al 40% de las startups incluyen entre los miembros
fundadores a amigos y ha encontrado puntos a favor y en
contra de emprender con amigos. Por un lado, asegura este investigador, cada
vez que incorporas a un amigo a tu negocio tus posibildades de fracaso se incrementan en un 28,6%(por amigo). Wasserman asegura en su libro que los amigos tienden a
minimizar y obviar los problemas evidentes del negocio para preservar una
relación de amistad. Pero, por otro, ha constatado que los equipos
emprendedores más estables estaban conformados por antiguos compañeros de
trabajo, lo que echa por tierra el anterior porcentaje de posibilidades de
fracaso.
¿Dónde está entonces la clave? Wasserman propone plantear (y,
entendemos, responder con sinceridad) estas cuatro preguntas a equipos que
vayan a estar conformados por amigos antes de ponerse a desarrollar una versión
beta:
1.
¿Compartimos los mismos
valores? Su objetivo es exactamente el mismo que el tuyo. Comparte el
ideal del proyecto, así como los objetivos que queréis lograr y el grado de
esfuerzo y sacrificio que estáis dispuestos a hipotecar por ello.
2.
¿Son nuestros hábitos de
trabajo compatibles? Se trata de capacidad de trabajo, debe ser justa y pareja con tu
aporte de energías. La complicidad y el trabajo en equipo son claves para
unos socios. Si eso falla, lo demás es difícil de construir.
3.
¿Cuáles son, respectivamente, nuestras fortalezas y debilidades? Sus puntos fuertes son
precisamente tus puntos más débiles.
4.
¿Cómo manejaremos los conflictos cuando surjan (porque van a surgir)? Ocasionalmente puede haber dilemas,
incluso morales, en el seno de una compañía. Resulta especialmente complejo
compatibilizar dos maneras de ver la vida totalmente opuestas.
La última pregunta quizá sea, reconoce Wasserman, la más importante:
cuando el negocio marcha bien no suele haber conflictos, pero en el momento en
que surgen los primeros inconvenientes suelen aflorar los desacuerdos entre los
socios. E incluso el negocio puede ir bien, pero surgir desacuerdos. ¿Por
ejemplo? Cuando uno de los socios decide abandonar el proyecto o a la hora
asignar los cargos o determinar las funciones de cada cual. Por ello es
preferible detenerse un poco al principio y redactar un documento consensuado donde se determinen las
respuestas ante la aparición de conflicto o situaciones inesperadas. El
documento puede elevarse a público ante notario o restringirse al ámbito
privado, pero la validez es similar.
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